El primer ministro de Australia Tony Abbott dijo este lunes que su país deberá restringir ciertas libertades en nombre de la seguridad.
Su gobierno intentará conseguir poderes amplios para combatir la creciente amenaza del extremismo islámico, dijo en el parlamento.
«Mi inequívoco mensaje para todos los australianos que combaten junto a grupos terroristas es que serán arrestados, juzgados y encarcelados por mucho tiempo; y que nuestras leyes están cambiando para hacer más fácil mantener a posibles terroristas fuera de nuestra calles», dijo Abbott.
«Desafortunadamente, por cierto tiempo el delicado equilibrio entre libertad y seguridad deberá invertirse».
«Habrá más restricciones para algunos, de modo que pueda haber más protección para otros», agregó.
Zonas en conflicto
Anunció una serie de nuevas leyes para esta semana, que crearán nuevas figuras de crímenes terroristas y extenderán los poderes para vigilar o detener sospechosos.
Una criminalizará el viajar a ciertas zonas en conflicto (puso el ejemplo de Raqqa, en el norte de Siria, bajo control del autodeterminado grupo Estado Islámico).
Las autoridades australianas creen que al menos 60 ciudadanos de su país están en Medio Oriente peleando en las filas de Estado Islámico y otros grupos extremistas.
También se prevé la implementación de nueva legislación que obligará a las empresas de telecomunicaciones a proveer información a la policía y servicios de seguridad.
Operativo antiterrorista
El jueves pasado la policía efectuó el mayor operativo antiterrorista de Australia, con redadas en decenas de lugares en las ciudades de Sídney y Brisbane.
Dos individuos fueron acusados de delitos terroristas y portación ilegal de armas.
Uno de los hombres supuestamente estaba planeando la decapitación aleatoria de un miembro del público.
Abbott aseguró en su momento que esa idea había sido fomentada por un australiano que ocupa un alto puesto dentro de Estado Islámico.