Las fallas de seguridad que harán más difícil tomarse una foto en la Casa Blanca

  • Thomas Sparrow
  • BBC Mundo, Washington (@bbc_sparrow)

Casa Blanca
Pie de foto,

La Casa Blanca da la impresión de ser accesible, pero al mismo tiempo está protegida todo el tiempo.

Como casi todos los turistas, el colombiano Diego Duarte viajó a Washington con el objetivo de tomarse una foto en frente de la Casa Blanca.

La residencia del presidente Barack Obama no sólo es uno de los edificios más famosos del mundo, sino que, comparado con otras mansiones de su estilo, da la impresión de ser relativamente informal en sus medidas de seguridad exteriores.

Sin grandes barricadas ni alambradas, sin soldados en uniformes intimidatorios, a los visitantes del número 1600 de la calle Pennsylvania les queda fácil acercarse a la valla perimetral, retratarse frente a la casa e incluso, si se tiene suerte, ver a los perros Bo y Sunny correteando por el césped.

Así, (casi) accesible, es como quiere presentarse el presidente de Estados Unidos ante los turistas de diferentes rincones del mundo, pero todo eso podría cambiar desde que un hombre con una navaja saltó la valla el viernes en la noche, corrió por el jardín y llegó hasta el portón de la casa.

El hombre fue identificado como Ómar González, un veterano de la guerra en Irak que, según los investigadores, tenía munición, dos hachas y un machete en un vehículo estacionado cerca.

El incidente prendió las alertas del Servicio Secreto y lo obligó a estudiar medidas para aumentar la seguridad de la zona.

Este lunes, por ejemplo, era evidente que había más agentes revisando el sector, algunos con perros, y una valla no permanente alejaba a los visitantes un poco más de lo normal.

«Quisiéramos que fuera una foto más cercana, como la que siempre se toman todos los turistas, pero por ahora nos toca desde esta reja que está acá al frente», dice Duarte un poco decepcionado.

Maletas, automóviles, bebés intrusos

Precisamente por esa aparente informalidad de la Casa Blanca, es común que la mansión entre en alerta por todo tipo de situaciones, ya sea una maleta abandonada, un objeto que alguien lanzó desde afuera, un conductor extraviado o incluso -como ocurrió en agosto- un bebé que se les escapó a sus padres y se coló por la reja.

En ese último caso, el Servicio Secreto se lo tomó con gracia y dijo que «íbamos a esperar hasta que aprendiera a hablar para interrogarlo, pero en vez de eso le dimos un descanso y lo devolvimos a sus padres».

El incidente del pasado viernes, sin embargo, es distinto y no les causó gracia a los funcionarios, pues no es común que un hombre salte la valla, cruce todo el césped y llegue hasta la puerta de la Casa Blanca, que además estaba sin seguro. Menos de diez minutos antes, el presidente Obama y sus dos hijas habían partido a bordo de su helicóptero.

Casa Blanca

Fuente de la imagen, BBC Mundo

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Este lunes era notorio el incremento de agentes en frente de la Casa Blanca.

Para un presidente tan custodiado, para un país que pone tanto énfasis en sus medidas de seguridad, que alguien pueda pasearse por el emblema del poder estadounidense es poco menos que una vergüenza para el Servicio Secreto.

Desde entonces, la directora de esa entidad, Julia Pierson, ordenó una revisión interna y las autoridades estudian medidas para que este tipo de incidentes no vuelvan a ocurrir.

Entre las propuestas está evitar que las personas caminen por las aceras que colindan con la valla, requisar más maletas de manera aleatoria y ampliar el perímetro de seguridad, lo que alejaría a los turistas que quieren su icónica fotografía.

turista en frente de la Casa Blanca
Pie de foto,

Esta escena podría cambiar tras un reciente fallo de seguridad en la mansión presidencial.

«El presidente indicó, como puede esperarse, que su familia vive en la Casa Blanca y por tanto está obviamente preocupado por el incidente que ocurrió el viernes en la noche», dijo este lunes el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

«Mucha seguridad, mucha precaución»

Incidentes como éste revelan el gran dilema de seguridad que enfrenta la mansión presidencial: cómo mantenerse abierta y a la vez infranqueable, cómo dar la impresión de que es accesible pero al mismo tiempo asegurar que se mantengan los límites.

Ya en el pasado ha habido propuestas para fortificar la valla o poner alambre de púas, pero la administración no quiere enviar el mensaje equivocado a los visitantes que claramente notan lo fácil que es llegar hasta la mansión presidencial para ver los emblemáticos terrenos y tomarse una foto.

«Es una ilusión venir a Washington, conocer, tomar fotos acá en la Casa Blanca», dice Esperanza, que viene de España. «Creí que no podría (tomar fotos) tan cerca, que tendría que ser muy lejos, entonces poder estar tan cerca es estupendo, pues muchos turistas venimos a esto».

miembro del servicio secreto

Fuente de la imagen, AFP

Pie de foto,

El Servicio Secreto está siendo criticado por su reacción a un incidente el viernes pasado.

«Me imaginaba que estaría super lleno de policías todo alrededor, pero no, está bien».

Esteban Dávila, por su parte, dice que nota la presencia de los agentes, pero «supongo que son más los que uno no ve».

«Es bonito poderse acercar tanto, me parece muy sobria. Sencillamente es…una casa blanca», concluye este turista. «Hace honor a su nombre muy bien».

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