El Secretario General António Guterres condena la violencia y reiteró que "ambas partes tienen la obligación, en virtud del derecho internacional humanitario, de tener el máximo cuidado para preservar y proteger a los civiles y la infraestructura civil en la realización de operaciones militares", según un comunicado emitido por Stéphane. Dujarric.
Nagorno-Karabaj ha estado bajo el control de fuerzas étnicas armenias desde que libraron una guerra en la década de 1990 cuando la Unión Soviética se disolvía.
El último conflicto entre los dos países, que comenzó el 27 de septiembre, marcó la peor escalada de los combates desde el final de la guerra y aumentó los temores de inestabilidad en el Cáucaso Meridional, una región que proporciona rutas de tránsito cruciales para el gas y el petróleo hacia los mercados mundiales.
Todavía no hay alto el fuego humanitario
En un esfuerzo por mediar en el conflicto de décadas, los Ministros de Relaciones Exteriores de Armenia y Azerbaiyán se reunieron en Ginebra el 30 de octubre para mantener conversaciones negociadas por Rusia, Estados Unidos y Francia, copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación. en Europa (OSCE).
Los medios de comunicación informaron que las conversaciones concluyeron cerca de la medianoche y ambas partes acordaron no atacar deliberadamente a civiles u objetos no militares; sin embargo, poco después de que se anunció la promesa, se rompió la tregua.
“El Secretario General apoya plenamente el llamamiento de los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE para un alto el fuego humanitario inmediato, acordado en Moscú el 10 de octubre y confirmado posteriormente en París el 17 de octubre y en Washington DC el 25 de octubre”, el prosiguió la declaración, señalando que los copresidentes en Ginebra se hicieron eco nuevamente del llamamiento.
El jefe de la ONU pidió a las partes que “implementen, de buena fe y de manera urgente, los pasos concretos que acordaron tomar a través de la facilitación de los Copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE, así como sus compromisos previos”.
También instó a las partes en conflicto a continuar entablando un "diálogo sustantivo" y, con los copresidentes, a intensificar sus esfuerzos para "alcanzar una solución pacífica y sostenible del conflicto".