El portavoz oficial del secretario general, Stéphane Dujarric, dijo en un comunicado difundido el domingo que la llamada del jefe de la ONU fue en relación con las recientes acciones legales emprendidas contra exfuncionarios del gobierno y autoridades en Bolivia.
Bolivia entró en crisis en 2019, luego de que el presidente Evo Morales declarara la victoria en las disputadas elecciones que le hubieran otorgado un cuarto mandato, lo que provocó protestas masivas. Decenas de personas murieron y cientos resultaron heridas, en medio de informes de violaciones y abusos generalizados de los derechos humanos.
Luego de semanas de protestas violentas, Morales luego renunció y abandonó el país, y Áñez se convirtió en la presidenta interina, hasta que se pudieran convocar elecciones. Esas elecciones, que tuvieron lugar en octubre de 2020, vieron al partido de Morales, Mas Socialist, recuperar el poder.
Los fiscales acusan a Áñez y a sus excolegas de participar en un golpe de estado en 2019, cuando comenzaron a gobernar el país después de la violencia y de que Morales se fuera de Bolivia.
Desde su arresto, Áñez ha tuiteado que es víctima de una cacería de brujas política y que su orden de arresto incluía cargos de terrorismo, sedición y conspiración, mientras que Morales ha tuiteado su apoyo a las acciones.
En la declaración de la ONU del domingo, el Sr. Dujarric dijo que el Secretario General también recuerda los importantes pasos dados por todos los actores bolivianos hacia la consolidación de la paz y reitera el compromiso de las Naciones Unidas de apoyar estos esfuerzos, incluso a través de la facilitación del diálogo político y la promoción de los derechos humanos.