Un informe innovador publicado el 18 de marzo y dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala la discriminación por edad por lo que es: una forma de discriminación socialmente aceptable que afecta los medios de vida, la salud e incluso la supervivencia de las personas mayores.
El informe encuentra que una de cada dos personas en todo el mundo tiene actitudes discriminatorias hacia las personas mayores. La tendencia es más frecuente en los países de ingresos medianos bajos, donde vive casi la mitad de la población mundial.
Según el informe, que incluye una revisión sistémica de la investigación académica, la discriminación por edad puede manifestarse a través de leyes y políticas que permitan la exclusión de las personas mayores, así como las normas y percepciones sociales.
También muestra el impacto que las fallas del gobierno para abordar la discriminación por edad tienen en los derechos humanos de las personas mayores, incluido su derecho al más alto nivel posible de salud y a un nivel de vida adecuado. La discriminación por edad puede socavar la capacidad de las personas mayores para acceder a la atención médica, encontrar y conservar un empleo y obtener créditos o préstamos. La discriminación por edad puede incluso aumentar la vulnerabilidad de las personas mayores a la violencia y el abuso.
Nada de esto debería ser una sorpresa: Human Rights Watch ha documentado ampliamente violaciones de derechos humanos contra personas mayores, desde políticas que les impiden acceder a pensiones en el este de Ucrania hasta el uso inapropiado y no consensuado de medicamentos antipsicóticos en hogares de ancianos en los EE . UU. Y Australia. Durante la pandemia de Covid-19, el costo de las políticas de larga data que no protegen a las personas mayores se ha vuelto aún más claro. Un informe de julio de 2020 de Claudia Mahler, la experta independiente de las Naciones Unidas sobre el disfrute de todos los derechos humanos por las personas mayores, encontró que la pandemia «amplificó drásticamente la discriminación por edad prevalente».
Las leyes y políticas a nivel nacional e internacional que garantizan los derechos de las personas mayores son cruciales para poner fin a la discriminación por edad. No existe un instrumento legal internacional específico para proteger los derechos humanos de las personas mayores. El 29 de marzo, el Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento (OEWG) de la ONU se reunirá por undécima vez. Finalmente, debería comenzar a redactar una convención sobre los derechos de las personas mayores, como han defendido los grupos de la sociedad civil durante muchos años, como un compromiso claro para acabar con la discriminación por edad en todo el mundo.