En los cinco años desde que la Unión Europea recurrió a Turquía para evitar que los solicitantes de asilo y otros migrantes llegaran a suelo europeo a cambio de una variedad de consideraciones económicas y de otro tipo, los gobiernos de todo el mundo han externalizado cada vez más sus controles migratorios y procedimientos de asilo. Lo han hecho empujando sus fronteras hacia afuera a través de acuerdos con los países de tránsito y de origen, así como implementando barreras que dificultan el acceso a la protección. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos desafíos al proporcionar una justificación de salud pública para el cierre de fronteras y las limitaciones de entrada. El quinto aniversario del acuerdo UE-Turquía brinda la oportunidad de examinar cómo ha cambiado la accesibilidad del asilo y la protección a nivel mundial.
Únase a esta discusión donde los expertos considerarán hasta qué punto las estrategias de externalización, como el acuerdo UE-Turquía o los acuerdos con Libia y los acuerdos estadounidenses ahora rescindidos para enviar solicitantes de asilo a América Central, se han convertido en las estrategias dominantes desplegadas por los países de asilo. ¿Cómo se han sentido los impactos de estas políticas, tanto por los solicitantes de asilo como por los países de acogida y tránsito? ¿Y qué se puede hacer para garantizar que los refugiados sigan teniendo acceso a los procedimientos de protección y asilo?
Este evento marca el lanzamiento de una nueva iniciativa liderada por MPI y Robert Bosch Stiftung, "Más allá del asilo territorial: hacer que la protección funcione en un mundo fronterizo". La iniciativa tiene como objetivo rediseñar la infraestructura global de protección y reasentamiento de una manera más equitativa, flexible y sostenible.