
El 19 de abril, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la rama de asistencia alimentaria de las Naciones Unidas, anunció que había llegado a un acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro, luego de más de un año de negociaciones, para desplegarse en Venezuela para suministrar alimentos a los niños pequeños en necesitar. El acuerdo es un gran paso hacia la mitigación de la creciente emergencia humanitaria de Venezuela, una crisis anterior a la pandemia de Covid-19 y de la que las autoridades venezolanas son en gran parte culpables.
Según el PMA , uno de cada tres venezolanos padece inseguridad alimentaria y necesita asistencia. En 2019, 9,3 millones de venezolanos sufrieron inseguridad alimentaria , una cifra que se prevé que aumentará significativamente. La organización venezolana Caritas ha informado que más del 14 por ciento de los niños menores de cinco años en algunas áreas de bajos ingresos sufren desnutrición aguda.
Las operaciones del PMA en Venezuela se centrarán en proporcionar comidas escolares a los niños más vulnerables entre 1 y 6 años a través de escuelas públicas y privadas, particularmente a través de la educación preescolar y especial. El objetivo de la agencia es comenzar a entregar ayuda en julio y llegar a 185,000 niños para fines de 2021, 850,000 niños para fines del año escolar 2021-2022 y 1,5 millones para fines del siguiente año escolar. Debido al cierre de escuelas durante la pandemia, los beneficiarios recibirán cajas mensuales con comida para llevar.
El PMA ha declarado que sus programas de comidas son independientes y "separados de cualquier otra interferencia". Esto significa que los alimentos se entregarán de manera apolítica y de conformidad con el principio humanitario básico de neutralidad, que es esencial en un país donde las autoridades han favorecido a los partidarios en la distribución de alimentos subsidiados.
El despliegue del PMA es un primer paso fundamental para garantizar que al menos los niños venezolanos más pequeños vean comida en sus mesas, y los países donantes deberían contribuir para cubrir los costos operativos estimados de US $ 190 millones del programa. Pero este desarrollo es también el resultado de una presión internacional sostenida sobre las autoridades venezolanas para que dejen entrar al PMA. Si hay alguna esperanza de que la ayuda médica y alimentaria llegue a las personas necesitadas, es a través de un papel cada vez mayor del PMA, que tiene la capacidad logística capacidad para ayudar a entregar ayuda al interior del país.
La presión ha comenzado a funcionar. Ahora debería continuar.