Hay que poner fin a la espiral de represalias en Oriente Próximo
António Guterres hizo un nuevo llamamiento a todas las partes para «detener el peligroso ciclo de represalias en Oriente Medio», tras los informes de ataques israelíes dentro de Irán cerca de una central nuclear a primera hora del viernes.
«El Secretario General condena cualquier acto de represalia y hace un llamamiento a la comunidad internacional para que trabaje unida con el fin de evitar que se produzcan nuevos hechos que podrían tener consecuencias devastadoras para toda la región y más allá», afirmó en un comunicado emitido por su Oficina.
Haciéndose eco de estas preocupaciones, el responsable del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) instó a la «extrema moderación» de todas las partes y reiteró que las instalaciones nucleares nunca deben ser un objetivo en los conflictos militares.
Tras las informaciones no confirmadas de los medios de comunicación de que posibles ataques de drones habían tenido como objetivo la provincia iraní de Isfahán, que alberga instalaciones nucleares y guarniciones militares, el organismo confirmó en un tuit que no había daños en sus instalaciones nucleares.
El número de complicaciones durante el parto se duplica en Gaza
En declaraciones a los periodistas en Ginebra, el representante de la agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva (UNFPA) en Palestina afirmó que hay indicios de que el número de partos complicados es casi el doble que antes de que estallara la guerra.
«Hay un aumento absoluto de las cifras», dijo Dominic Allen, y añadió que antes de la guerra, alrededor del 15% de los partos requerían algún tipo de atención obstétrica de urgencia.
En la actualidad, algunos médicos han informado de «una duplicación de lo que atendían antes, y esto se debe a la desnutrición, la deshidratación y el miedo, que repercuten en la capacidad de la mujer embarazada para dar a luz con seguridad y llevar a su bebé a término sin peligro», dijo el funcionario del UNFPA.
Allen describió su última misión a Gaza para evaluar el impacto de los ataques israelíes sobre la asistencia sanitaria en los hospitales asediados de las provincias del norte, centro y sur.
Quedó claro que los últimos hospitales que quedan en el enclave, incluido el segundo más grande, el Hospital Nasser, están «aferrándose a la existencia mientras son un salvavidas para las mujeres embarazadas de Gaza», dijo Allen a través de una conexión de vídeo desde Jerusalén.
«Lo que he visto me rompe el corazón… Es indescriptible. Lo que vemos allí fue equipos médicos rotos a propósito, ecógrafos, que como sabrán es una herramienta muy importante para ayudar a garantizar partos seguros, con cables que han sido cortados, pantallas de equipos médicos complejos como ecógrafos y otros con las pantallas destrozadas. Así que una destrucción intencionada y gratuita de los servicios de maternidad«.
1,2 millones de niños menores de un año siguen desprotegidos en América
Con 15 de cada 100 niños en el continente solo parcialmente protegidos contra enfermedades prevenibles por vacunación, el director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los países de la región a continuar los esfuerzos para recuperar la cobertura de vacunación de rutina.
“Históricamente, nuestra región siempre ha sido líder en la eliminación de enfermedades. Sin embargo, desde hace más de una década, las coberturas de vacunación han disminuido significativamente. Esto se debe a varios factores, entre ellos, que hay una falsa percepción de que las enfermedades eliminadas y controladas ya no representan un riesgo para la salud de las personas, que los programas de vacunación bajaron en la lista de prioridades y que aumentó la desinformación desde la pandemia de COVID-19”, declaró Jarbas Barbosa durante una conferencia de prensa este viernes con motivo de la próxima Semana de Vacunación en las Américas.
Los países también siguen lejos de la tasa de cobertura del 90% necesaria para proteger a las niñas de 9 a 14 años contra el Virus del Papiloma Humano, “que les brinda protección de por vida contra el cáncer de cuello uterino, una de las principales causas de muerte entre las mujeres”, añadió el director.
Barbosa señaló que, para recuperar el terreno perdido, los países tendrán que aumentar los recursos financieros y técnicos para mejorar el desempeño de los servicios esenciales de vacunación, establecer estrategias de comunicación efectivas para abordar las dudas sobre las vacunas y aumentar el compromiso político con los programas de vacunación de rutina.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos dio la voz de alarma este viernes por la escalada de violencia en el estado de Rakáin, en Myanmar, entre la Junta (gobierno) y las fuerzas de la oposición, en medio de informaciones que apuntan a que el régimen militar está obligando a miembros de la comunidad minoritaria musulmana rohinyá a unirse a sus filas.
Rakáin fue escenario de una brutal represión militar contra esta comunidad en 2017, que se saldó con la muerte de unos 10.000 hombres, mujeres y recién nacidos, y el éxodo de casi 750.000 miembros de la comunidad, muchos de los cuales siguen languideciendo en campos de refugiados en la vecina Bangladesh.
«El estado de Rakáin se ha convertido una vez más en un campo de batalla en el que participan múltiples actores, y los civiles están pagando un alto precio, con los rohinyá en particular riesgo«, dijo Volker Türk.
«Lo que es particularmente preocupante es que, mientras que los rohinyá fueron blanco de un solo grupo en 2017, ahora están atrapados entre dos facciones armadas que tienen un historial de matarlos. No debemos permitir que vuelvan a ser un objetivo».
La ruptura el pasado noviembre de un alto el fuego informal de un año de duración entre los militares y el Ejército Arakan ha sumido en el conflicto a 15 de los 17 municipios de Rakáin.
La pérdida de territorio por parte del Ejército birmano en favor del Ejército Arakan en el norte y centro de la provincia ha intensificado los combates en los municipios de Buthidaung y Maungdaw, preparando el terreno para una posible batalla por la capital del estado, Sittwe.
La presencia de grandes poblaciones rohinyá en estas zonas agrava aún más los riesgos a los que se enfrentan los civiles.