Las inundaciones en Sudán agudizan la precariedad en que viven miles de personas

Más de 11.000 personas, incluidos refugiados y comunidades de acogida en el estado oriental de Kassala, sufren afectaciones graves por el mal tiempo de las últimas dos semanas, reportó este viernes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El organismo señaló que los refugiados y desplazados internos siguen sufriendo las consecuencias de una situación humanitaria de por sí grave después de más de un año de una guerra, que ha llevado a la tragedia de la hambruna y que ahora ha empeorado por los crecientes impactos del cambio climático.

Las fuertes lluvias y las inundaciones afectan a decenas de miles de personas en todo Sudán, provocando más desplazamientos, lesiones y muertes. Entre los siniestrados se incluyen muchas familias que llegaron recientemente después de huir de la violencia en el estado de Sennar y se refugiaron en cinco lugares de reunión y centros de recepción.

“Algunos han sido desplazados tres o cuatro veces desde el inicio del conflicto. Han perdido sus bienes, incluidas sus raciones de alimentos, y tienen grandes dificultades para acceder a agua potable y a instalaciones sanitarias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua”, afirmó durante una conferencia de prensa en Ginebra, Olga Sarrado, portavoz de ACNUR.

Aumenta el hambre

El conflicto ha destruido cultivos y perturbado los medios de vida. La crisis climática hace que las personas desplazadas sean aún más vulnerables. Las tierras inundadas impiden que la gente cultive y pastoree su ganado, lo que aumenta la inseguridad alimentaria y el hambre en regiones también afectadas por la sequía y los conflictos.

Las agencias de la ONU y sus socios están haciendo todo lo posible para ayudar a los más vulnerables. En colaboración con las autoridades estatales, se identificó un nuevo sitio donde se instalaron tiendas de campaña para alojar a las familias afectadas. Se espera que el lugar albergue a unas 800 familias recién desplazadas por las inundaciones.

ACNUR ya ha comenzado a construir refugios de emergencia, con unas 400 tiendas instaladas hasta el momento. A pesar de las incesantes lluvias, al menos 200 familias han sido reubicadas. La Agencia también planea distribuir láminas de plástico a los refugiados para reparar los techos dañados por las tormentas.

Población desplazada llegando a la zona de albergue en Kassala, Sudán.

© ACNUR/Ayem Alfadil

Población desplazada llegando a la zona de albergue en Kassala, Sudán.

Eventos extremos

Desde mediados de abril, las fuertes lluvias relacionadas con El Niño han provocado eventos meteorológicos extremos en todo el este de África, incluidas inundaciones, deslizamientos de tierra, fuertes vientos y granizo.

En Sudán, se esperan más precipitaciones en el este y el oeste del país. Para mitigar impactos similares en otros estados, incluidos Gedaref, Nilo Blanco y Nilo Azul, ACNUR preposiciona artículos de ayuda y kits de refugio, limpia drenajes y construye terraplenes para consolidar los caminos internos y proteger los campamentos y sitios que albergan a la población desplazada.

Necesidades épicas en Darfur

Las inundaciones en la región de Darfur también impactan la limitada capacidad de los organismos de ayuda para llegar a las personas necesitadas. Las necesidades humanitarias están alcanzando proporciones épicas en la región, ya que cientos de miles de civiles siguen en riesgo y recientemente se confirmó la hambruna en un lugar de desplazamiento.

A medida que el conflicto se extiende por todo el país, la gente sigue desplazándose en busca de seguridad. Hasta la fecha, más de diez millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, tanto dentro como fuera del país.

Mientras las agencias humanitarias prevén que la situación empeore durante el año, ACNUR ha lanzado un llamamiento regional por 40 millones de dólares para ayudar a los desplazados internos y a los millones de refugiados en los países vecinos. Pero hasta ahora sólo ha recibido cinco millones de dólares.

Situación sanitaria frágil

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió que el mal tiempo amenaza la frágil situación sanitaria.

UNICEF recordó que el cólera se detecta generalmente en Sudán al comienzo de las lluvias. “Ya tenemos casos sospechosos aquí en Kisala”, informó Sheldon Yett, representante de UNICEF en Sudán, en una entrevista con Noticias ONU.

Las agencias humanitarias se están movilizando para lanzar una campaña de vacunación. “Me reuní con el ministro de Salud hace aproximadamente una hora para discutir cómo podemos llevar a cabo una campaña de vacunación contra el cólera. Por supuesto, también existen otras enfermedades”, agregó Yett.

En cuanto a la lucha contra la malaria, UNICEF también colabora con sus socios y con el gobierno para proporcionar mosquiteros y medicamentos contra la enfermedad. «Una de las ironías de este conflicto es que la gente se está trasladando de zonas que estaban relativamente libres de malaria, como Khartum, a zonas donde la enfermedad es mucho más prevalente», lamentó el representante de UNICEF, señalando que con esta temporada de lluvias, podrían registrarse muchos más casos que en el pasado.

A pesar de la movilización de personal humanitario, la guerra sigue limitando el acceso. “Es difícil conseguir un camión. Se piden nuevos permisos todo el tiempo, hay bandidos en las carreteras, disparos, inseguridad, es extremadamente, extremadamente difícil», enfatizó, y reiteró el llamado a un alto el fuego y un acceso seguro para evitar un empeoramiento de una situación humanitaria ya alarmante.

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