La seguridad en la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhya se está deteriorando tras el impacto de una transportada por dron en una carretera cercana al perímetro del emplazamiento, según declaró el sábado el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Situada en el sur de Ucrania, Zaporiyia es la mayor central nuclear de Europa y ha estado bajo control ruso desde poco después del comienzo de la invasión que lanzó a gran escala sobre Ucrania en febrero de 2022.
Un equipo del OIEA ubicado allí fue informado de que un explosivo transportado por un avión no tripulado detonó justo fuera de la zona protegida de la planta.
Llamamiento a la moderación
El lugar del impacto estaba cerca de los estanques esenciales de aspersión de agua de refrigeración y a unos 100 metros de la línea eléctrica de Dniprovska, la única línea de 750 kilovoltios (kV) que queda y que suministra energía a la central.
El equipo del OIEA visitó inmediatamente la zona e informó de que los daños parecían haber sido causados por un dron equipado con una carga explosiva.
Aunque no se informó de víctimas ni de impacto alguno en los equipos, la carretera entre las dos puertas principales de la central nuclear resultó afectada.
«Una vez más asistimos a una escalada de los peligros para la seguridad nuclear a los que se enfrenta la central nuclear de Zaporiyia», declaró el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi.
«Sigo extremadamente preocupado y reitero mi llamamiento a la máxima moderación de todas las partes y a la estricta observancia de los cinco principios concretos establecidos para la protección de la central».
Los principios, elaborados en mayo de 2023, establecen que no debe producirse ningún ataque de ningún tipo contra la central y que ésta no debe utilizarse como almacén o base de armas pesadas.
Además, no debe ponerse en peligro la alimentación eléctrica externa de la central; todas las estructuras, sistemas y componentes esenciales deben estar protegidos de ataques o sabotajes, y no debe emprenderse ninguna acción que socave los principios.
Intensa actividad militar
El equipo del OIEA declaró que la actividad militar en la zona, incluso muy cerca de la central, ha sido intensa durante la última semana. Los expertos informaron de que habían oído explosiones frecuentes, disparos repetidos de ametralladoras pesadas y rifles, y artillería, a varias distancias.
El 10 de agosto, las autoridades de la central de Zaporiyia informaron al equipo de que la artillería había alcanzado la subestación local de electricidad y agua de la cercana ciudad de Enerhodar, donde vive la mayor parte del personal.
El ataque causó el fallo de dos transformadores, lo que provocó un apagón en toda la ciudad. Como consecuencia, hubo que suministrar agua con generadores diésel. El suministro eléctrico se restableció al día siguiente.
El OIEA también informó de que un importante incendio en una de las torres de refrigeración de la central nuclear a principios de esta semana provocó daños considerables, aunque no hubo amenaza inmediata para la seguridad nuclear.
Una situación frágil
La agencia de la ONU también está presente en las centrales nucleares de Khmelnytskyy, Rivne y Ucrania del Sur, así como en el emplazamiento de Chernobyl. Los equipos informaron de frecuentes alarmas de ataque aéreo y ataques de drones esta semana.
«Las centrales nucleares están diseñadas para resistir fallos técnicos o humanos y acontecimientos externos, incluidos los extremos, pero no están construidas para resistir un ataque militar directo, ni se supone que deban hacerlo, al igual que cualquier otra instalación energética del mundo», afirmó Grossi.
«Este último atentado pone de relieve la vulnerabilidad de estas instalaciones en zonas de conflicto y la necesidad de seguir reforzando su seguridad», añadió.