El secretario general adjunto de la ONU para Europa, Asia Central y las Américas declaró este miércoles en el Consejo de Seguridad que, durante los últimos 30 meses, “millones de ucranianos han sido testigos de una muerte, una devastación y una destrucción inimaginables”.
Además, el pasado mes de julio fue el más mortífero para la población civil de Ucrania en casi dos años: al menos 219 civiles murieron y 1018 resultaron heridos.
Miroslav Jenča reiteró el llamamiento del Secretario General de que los ataques a civiles e infraestructuras civiles deben cesar inmediatamente. “Instamos a todas las partes a que actúen con responsabilidad y garanticen su protección”.
Según la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, desde el 24 de febrero de 2022 han muerto 11.662 civiles, 639 de ellos niños. 24.207 civiles han resultado heridos, 1577 de ellos niños.
Las cifras van en aumento
“Trágicamente, estas cifras no hacen más que aumentar, ya que misiles, proyectiles y aviones no tripulados siguen alcanzando a diario ciudades, pueblos y aldeas de toda Ucrania”, dijo Jenča.
El funcionario expresó su preocupación por las repercusiones de la propagación de los combates en la población civil a ambos lados de la frontera entre Ucrania y Rusia
También hizo referencia a un ataque a un hotel en la ciudad de Kramatorsk, en la región ucraniana de Donetsk, el cual mató a un empleado de Reuters y dejó cuatro periodistas heridos.
“Se ha informado de ataques similares contra hoteles, restaurantes, mercados y zonas comerciales de comunidades situadas en la línea del frente”, dijo Jenča, reiterando que los ataques contra civiles e infraestructuras civiles son “inaceptables” y están prohibidos por el derecho internacional humanitario.
Amenaza de incidentes nucleares
Jenča se refirió a los informes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que indican el deterioro de la situación de la seguridad en la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhia.
El 17 de agosto, un avión no tripulado atacó la carretera que rodea el perímetro de la central. El 11 de agosto, un incendio importante en una de las torres de refrigeración provocó daños considerables.
El equipo del OIEA también ha informado de intensa actividad militar periódica cerca de la planta.
Asimismo, Rusia reportó que se habían encontrado restos de un avión no tripulado en el territorio de la central nuclear de Kursk el 22 de agosto.
A este respecto, Jenča indicó que continúan pidiendo “la máxima moderación y vigilancia” para evitar un incidente nuclear, cuyas consecuencias “podrían ser catastróficas para la región y el mundo”.
La ayuda humanitaria debe llegar a los que la necesitan
Jenča reiteró que las operaciones humanitarias en algunas zonas no pueden acceder a las personas necesitadas para facilitar atención sanitaria y medicamentos, alimentos y agua potable.
Se prevé que esta situación, ya de por sí grave, empeore a medida que las hostilidades no muestren signos de remitir y se acerque el invierno.
Por último, el secretario general adjunto hizo referencia a la Cumbre del Futuro, en la que se reunirán los líderes mundiales. “Esperamos que contribuya a mejorar la colaboración mundial en un momento en que se necesita con la máxima urgencia. Y esperamos que estos esfuerzos también nos acerquen a sentar las bases de una paz justa, duradera y global en Ucrania”, añadió.