Crisis en el Líbano: «Esto es sólo el principio», dicen los afectados por la escalada mortal

«Estamos siendo testigos del periodo más mortífero en el Líbano en una generación y muchos han expresado su temor de que esto sea sólo el principio», declaró Imran Riza, máximo responsable de ayuda de la ONU en el Líbano.

«La ONU y sus socios están coordinando estrechamente con el Gobierno libanés para apoyar los esfuerzos de respuesta. Esto incluye alinear la distribución de la ayuda, realizar evaluaciones conjuntas e identificar las necesidades urgentes de las poblaciones afectadas.»

Vivir con miedo

Desde Beirut, Riza, coordinador de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en el Líbano, dijo que durante casi un año, los habitantes del país, y especialmente los del sur, habían «vivido con el temor» de que la guerra en Gaza pudiera llegar a ellos.

Hoy, en todo el Líbano, miles de personas de comunidades rurales que antes no se habían visto afectadas por los ataques israelíes contra infraestructuras de Hezbolá han huido de los bombardeos y la destrucción generalizada que se han cobrado al menos 700 vidas, han herido a miles y han desarraigado a unas 120.000 personas «en cuestión de horas», afirmó, añadiendo: «Nos estamos encontrando con gente que dice: ‘¿Cuál es el camino a Trípoli? ¿Cómo llegamos hasta allí?».

Los comentarios del coordinador de ayuda de la ONU se producen en medio de intercambios de disparos cada vez más intensos a través de la línea de separación entre el Líbano e Israel, patrullada por la ONU, desde que el 7 de octubre estallara la guerra en la Franja de Gaza.

El extraordinario ataque de la semana pasada contra buscapersonas y radio transmisores de Hezbolá causó cientos de muertos y supuso el inicio de un intenso bombardeo israelí en el Líbano y de ataques de represalia por parte de Hezbolá.

Relativa seguridad en Siria

Decenas de miles de personas han huido del Líbano hacia la relativa seguridad de Siria por varios pasos fronterizos que han estado abiertos las 24 horas del día, según ha confirmado la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). «Donde la gente está cruzando a Siria, hasta ahora están seguros», dijo Gonzalo Vargas Llosa, representante del ACNUR en Siria, en la frontera entre Siria y Líbano.

«Por supuesto, hacemos un llamamiento no sólo para que cesen los bombardeos en general, sino también, por supuesto, para que se evite bombardear a las personas que intentan huir».

Vargas Llosa describió «un gran número de personas» que regresan a Siria, una referencia a algunos de los aproximadamente 1,5 millones de sirios que se refugiaron en el Líbano tras huir de la guerra civil de su país desde 2011.

«La estimación (de los que están moviéndose a Siria) es ahora mucho más de 30.000 personas de los que alrededor del 75-80% son sirios y el resto, libaneses», dijo el funcionario de ACNUR.

Vidas jóvenes perdidas

«Hemos visto llegar a bastantes heridos, no sólo a causa del arduo viaje hasta aquí, sino también como consecuencia directa de los bombardeos en el Líbano.

«Vimos a una mujer cruzando con dos niños muertos procedentes del Líbano que iban a ser enterrados aquí en Siria».

De vuelta en el Líbano, el personal humanitario de la ONU sigue coordinando la ayuda para asistir al Gobierno libanés. Se han abierto cerca de 500 refugios para unas 80.000 personas desplazadas, incluidas 300 escuelas que han sido reutilizadas, lo que ha repercutido en la educación de más de 100.000 alumnos.

Sin embargo, persisten «lagunas críticas de financiación» en muchos ámbitos, como la reparación de refugios, la gestión de emplazamientos, las reservas de alimentos, el combustible y la coordinación, señaló Riza, antes de advertir que el sistema sanitario libanés se ha visto «completamente desbordado» por la grave escalada de las hostilidades.

«Hemos hecho un gran trabajo de preparación y, afortunadamente, hemos conseguido que lleguen kits de traumatología y similares y hemos intentado que se distribuyan también por todo el país, porque ahora el desplazamiento no se está produciendo sólo en el sur», explicó.

«Durante los primeros 11 meses fue sobre todo en el sur, principalmente en el [valle del] Bekaa (…) Pero ahora es en todo el país. Pero ahora es en todo el país».

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