El último año ha desatado una “tragedia implacable” en Gaza

Este lunes se cumple un año desde que Hamás y otros grupos armados palestinos atacaron el sur de Israel dejando unos 1200 muertos, casi 5500 heridos y tomando como rehenes a más de 200 personas, decenas de las cuales todavía están retenidas en Gaza. La respuesta israelí al ataque fue lanzar una inmediata ofensiva contra la Franja de Gaza que continúa hasta hoy y que ha provocado una devastación y un sufrimiento que van más allá de cualquier calificativo.

El sistema de la ONU marca la fecha destacando el alto y terrible costo que esta guerra tiene en la población civil y urgiendo una vez más a un alto el fuego que permita la entrada continua de ayuda humanitaria a Gaza y que conduzca al diálogo para la paz.

Esto debe terminar

La coordinadora de la Asistencia de Emergencia, Joyce Msuya, se refirió a los últimos doce meses como “de tragedia implacable”, y enfatizó que “debe terminar”.

“Los Estados Miembros deben ejercer su influencia para garantizar el respeto del derecho internacional humanitario y los derechos humanos y el cumplimiento de las sentencias de la Corte Internacional de Justicia. También deben trabajar para poner fin a la impunidad. Hace tiempo que se necesita un alto el fuego inmediato y una paz duradera”, dijo Msuya.

En el sur de Israel, los equipos de rescate permanecen en una calle que ha sufrido importantes daños. (Archivo)

© Magen David Adom Israel

En el sur de Israel, los equipos de rescate permanecen en una calle que ha sufrido importantes daños. (Archivo)

Bombardeos, operaciones terrestres y órdenes de evacuación

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que los rehenes cautivos en Gaza estarían encarando tratos inhumanos -incluida violencia sexual- y, al igual que toda la población gazatí, se encuentran expuestos a las hostilidades y privados de acceso a la asistencia humanitaria o a las visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja.

La embestida israelí contra Gaza supone bombardeos aéreos, operaciones terrestres, órdenes de evacuación constantes y un bloqueo a la entrada sostenida de socorro vital.

Cuando empezaron los bombardeos israelíes hace un año, la Franja de Gaza enfrentaba ya de por sí un bloqueo aéreo, marítimo y terrestre de 17 años, así como varios ciclos de hostilidades.

En esas condiciones, la nueva guerra dio lugar a una catástrofe en la que más de 41.600 palestinos han muerto, la mayoría mujeres y niños, y 96.600 han sido heridos. Miles más están desaparecidos entre los escombros, según cifras de las autoridades sanitarias de Gaza.

Más del 90% de población gazatí ha sido obligada a desplazarse, a menudo varias veces, en medio de constantes órdenes de evacuación sin que haya un sitio seguro para guarecerse de la violencia.

En Israel, también hay comunidades desplazadas y expuestas al lanzamiento indiscriminado de cohetes desde Gaza.

Los atropellos cometidos contra los palestinos también incluyen la detención arbitraria de miles de ellos, que estarían sometidos a torturas y tratos inhumanos, además de que no se informa de su paradero.

Enfermedad, hambre y muerte

La enfermedad, el hambre y la muerte imperan en Gaza toda vez que los servicios básicos son casi inexistentes en toda la Franja. Los civiles viven en medio de privaciones extremas sin alimentos, electricidad, atención sanitaria o ayuda de emergencia.

Los niños han perdido un año de educación y las escuelas sufren ataques sistemáticos pese que sirven como albergues para la población desplazada.

Una familia pasa frente a una mezquita destruida en Gaza.

© UNOCHA/Themba Linden

Una familia pasa frente a una mezquita destruida en Gaza.

Ataques al personal humanitario

El personal humanitario de la ONU, por su parte, ha afrontado ataques y abusos y su labor es obstaculizada. Más de 300 trabajadores de socorro han sido asesinados durante la guerra, la gran mayoría de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), más que en cualquier otra crisis.

Sin embargo, los organismos humanitarios siguen trabando en medio de la violencia, el saqueo de suministros y las dificultades para desempeñarse.

La OCHA recordó hoy el importante papel de los trabajadores humanitarios y la diferencia que pueden hacer cuando se les permite llegar a las personas necesitadas, y citó la reciente campaña de vacunación contra la polio, en la que más de 560.000 recibieron la primera dosis de la inmunización.

Mientras la crisis se agudiza a cada momento en Gaza, en Cisjordania aumentan las muertes, la destrucción generalizada y el desplazamiento forzado de palestinos a causa del uso de la fuerza letal por las tropas israelíes, la violencia desenfrenada de los colonos y las demoliciones de viviendas.

No hay palabras

La coordinadora de la Asistencia de Emergencia afirmó que no hay estadísticas ni palabras “que puedan expresar plenamente la magnitud de la devastación física, mental y social que tiene lugar” en ese lugar del mundo.

“Pero sabemos lo que debe suceder: los rehenes deben ser liberados y tratados humanamente. Los civiles deben ser protegidos y sus necesidades esenciales atendidas. Los palestinos detenidos arbitrariamente deben ser liberados. Los trabajadores humanitarios deben ser protegidos y su trabajo facilitado. Los perpetradores deben rendir cuentas por cualquier violación grave del derecho internacional humanitario. Y el ataque a Gaza debe terminar”, insistió Joyce Msuya.

Gaza es un mar de escombros y un cementerio

En el mismo tenor, el comisionado general de UNRWA advirtió que Medio Oriente se está “hundiendo más en el conflicto, la muerte y los horrores absolutos”.

Philippe Lazzarini destacó el sufrimiento de los rehenes e hizo hincapié en la catástrofe en Gaza, que se ha convertido “en un mar irreconocible de escombros y un cementerio para decenas de miles de personas, entre ellas demasiados niños”.

“Es hora de tener coraje: un acuerdo que finalmente traiga un alto el fuego y un respiro a la gente de Gaza, Líbano, Israel y la región en general”, recalcó en una publicación en un tuit.

Lazzarini agregó que ha llegado el momento de deponer las armas después de décadas de asesinatos e inmenso dolor, al igual que de liberar a todos los rehenes sanos y salvos.

“Es hora de llevar un flujo regular de suministros humanitarios básicos. En las guerras nadie gana. La única salida es una solución diplomática y pacífica. Es hora de curar las heridas. ¡Es hora de elegir la paz!”, reclamó.

Crímenes de guerra

Un grupo de más de 20 expertos de la ONU en derechos humanos se unió a las expresiones para marcar la jornada para apuntar a las violaciones de las garantías fundamentales cometidas en el último año en Medio Oriente que constituyen crímenes de guerra y, posiblemente, crímenes contra la humanidad.

Entre las atrocidades tipificadas como crímenes de guerra listaron los asesinatos, la violencia sexual y la toma de rehenes por parte de Hamás; y los asesinatos, los ataques a objetivos civiles, la hambruna, los desplazamientos arbitrarios, la violencia sexual, la persecución y los atentados contra la vida y la dignidad cometidos por las fuerzas israelíes desde el comienzo de la guerra en Gaza.

Los relatores especiales añadieron que dichos abusos brutales también podrían constituir crímenes de lesa humanidad, y mencionaron la advertencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el sentido de que hay un riesgo real e inminente de perjuicio irreparable al derecho de los palestinos a ser protegidos del genocidio.

En este sentido, se pronunciaron en favor de que los mecanismos judiciales internacionales, la ONU y la comunidad internacional investiguen de manera exhaustiva, imparcial e independiente esas graves violaciones, para enjuiciar y castigar a los perpetradores, garantizando la reparación plena de las víctimas y sus familias.

Los expertos hicieron eco de las palabras del Secretario General de la ONU con respecto a que la violencia del 7 de octubre no ocurrió en el vacío.

Años de discriminación contra el pueblo palestino

“Esta guerra, oscurecida por relatos falsos y años de discriminación, segregación racial o apartheid perpetrados contra el pueblo palestino, como reconoció la Corte Internacional de Justicia el 19 de julio de 2024, corre el riesgo de llevar a la eliminación de la presencia palestina en el territorio palestino ocupado y a una realidad interminable de inseguridad y enorme sufrimiento para el pueblo palestino e israelí por igual”, argumentaron.

Los relatores volvieron a conminar a la comunidad internacional a que asegure el fin de las transferencias de armas por parte de Estados y empresas a Israel, incluso a través de intermediarios, para evitar la responsabilidad por complicidad en crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

Asimismo, manifestaron alarma por la expansión de la violencia y las hostilidades hacia otros países de la región, en particular Líbano. “Esta prolongación de las hostilidades socava abiertamente el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas y pone en peligro la paz y la estabilidad de una región que ha sufrido décadas de conflictos”, acotaron.

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