Al menos 32 personas murieron, y más de 100 resultaron heridas, en las explosiones, que fueron perpetradas esa mañana por dos atacantes suicidas que detonaron sus chalecos en el mercado de la plaza Tayaran en la capital, Bagdad.
La última vez que la capital iraquí fue alcanzada en un mortal atentado suicida fue hace dos años, cuando 35 personas murieron, en la misma plaza. Ningún grupo ha reivindicado el ataque del jueves.
El incidente se produce pocos días después de que el gobierno iraquí anunciara que pospondría las elecciones generales del 6 de junio al 10 de octubre, para dar a las autoridades más tiempo para registrar votantes y nuevos partidos políticos, según informes de prensa.
Las elecciones anticipadas han sido una demanda clave de los manifestantes antigubernamentales que protagonizaron meses de manifestaciones masivas a partir de octubre de 2019.
Rechazar los intentos de ‘difundir el miedo’
El jefe de la ONU ha expresado su más sentido pésame a las familias de las víctimas, al Gobierno y al pueblo de Irak, dijo su portavoz en un comunicado.
“El Secretario General hace un llamamiento al pueblo de Irak para que rechace cualquier intento de sembrar el miedo y la violencia con el objetivo de socavar la paz, la estabilidad y la unidad. Pide al Gobierno que garantice que quienes están detrás de estos horribles crímenes sean identificados rápidamente y llevados ante la justicia ”, dijo .
El Secretario General destacó el apoyo de la ONU a las autoridades iraquíes y al pueblo del país en sus esfuerzos por consolidar la paz.