Cuando murió el esposo de Sylvia Chiinda, ella se quedó sola para criar siete hijos. Como el clima extremo golpeó con más frecuencia, su granja se volvió menos productiva, lo que la obligó a buscar otras formas de ganar dinero.
La ayuda llegó en forma de un proyecto respaldado por la ONU que está apoyando a mujeres vulnerables como la Sra. Chiinda, capacitándolas en la cría de cabras y proporcionándoles un ingreso estable, a medida que crece la demanda de cabras de Zambia.
Lea más aquí sobre cómo las mujeres apoyadas a través de la iniciativa dicen que se han beneficiado económicamente y han ganado un nuevo sentido de independencia y respeto dentro de sus pueblos.