"Las declaraciones del estado de emergencia no son un pase libre para eludir la ley".

Discurso del presidente del CICR ante el Consejo de Derechos Humanos.

Presidente, estimados colegas

Hace un año, cuando este Consejo se reunió, la pandemia de COVID-19 se estaba desarrollando en todo el mundo. Los líderes proclamaron ‘estamos juntos en esto’ ya que el virus parecía afectar a todos, sin discriminación.

Hoy sabemos la verdad: a pesar de la retórica solidaria, la pandemia ha acelerado las desigualdades. Los menos capaces de hacer frente, los que ya están marginados y desfavorecidos son los más afectados.

También en las zonas de conflicto, la pandemia puso de manifiesto la profunda fragilidad de las comunidades que ya estaban acosadas por la violencia y los desastres naturales, la gobernanza débil, la pobreza y la atención médica inadecuada.

Los Estados lucharon por responder simultáneamente a las prioridades nacionales y a la cooperación internacional. A veces el resultado fue la solidaridad mundial, otras veces vimos una competencia despiadada por los PPE o las vacunas.

La pandemia de COVID19 no es la primera ni será la última amenaza global que enfrentamos juntos.

Muchos de los desafíos actuales no se limitan a las fronteras estatales: ya sean pandemias, cambio climático, desinformación.

Debemos cambiar la realidad en la que los que ya son más vulnerables, con menos recursos, son los más afectados por las principales conmociones mundiales.

Debemos cambiar la realidad donde la humanidad y la dignidad son violadas en contravención de nuestras normas y marcos legales compartidos.

En 2021, la comunidad internacional debe trabajar para abordar cuatro amenazas clave:

  • Uno, el nacionalismo a expensas de los más vulnerables: ya sean políticas excluyentes en la distribución de vacunas o desigualdad económica.
  • Dos, el retroceso de las normas que protegen la vida y la dignidad: ya sea mediante el uso indebido de la fuerza o la vigilancia para controlar a las poblaciones. Las declaraciones del estado de emergencia no son un pase libre para eludir la ley.
  • Tres, el cambio climático absoluto hará que el número de personas necesitadas crezca exponencialmente, especialmente en contextos frágiles y afectados por conflictos.
  • Cuarto, el uso indebido de información que alimenta la violencia y amplifica las necesidades humanitarias; o el abuso de datos personales para restringir los derechos de las personas.

Hacemos un llamado a los Estados para que tomen todas las medidas, individual y colectivamente, para mitigar los impactos de estas amenazas y garantizar que quienes corren mayor riesgo estén activamente protegidos.

El derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos proporcionan normas fundamentales para la protección de las personas. Son herramientas vitales para defender la vida y la dignidad.

Respetar – y asegurar el respeto – por el Derecho Internacional Humanitario en todas las circunstancias protegería a las personas de los peores impactos de la guerra y reduciría los impactos de las conmociones globales, ya sean sanitarias, económicas o ambientales.

Ya sea aplicando medidas excepcionales en respuesta a emergencias de salud pública, durante la conducción de las hostilidades o en situaciones de disturbios públicos, las respuestas deben guiarse por el mayor respeto para proteger a las comunidades.

Orden público a punta de pistola; detención sin el debido proceso; politización de la ayuda humanitaria: hemos visto cómo las medidas draconianas pueden erosionar la confianza entre los ciudadanos y el estado, creando más amenazas para la seguridad y la protección.

Todo uso de la fuerza en la aplicación de la ley debe ajustarse a los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, precaución y rendición de cuentas. Para mantener el orden público, el uso de armas de fuego y otras fuerzas letales es una medida extrema de último recurso.

La acción humanitaria neutral, imparcial e independiente es un salvavidas para las comunidades en peligro. Debe ser compatible y permitir que funcione sin restricciones indebidas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja ofrece periódicamente a los Estados consejos prácticos sobre el cumplimiento de sus responsabilidades y el equilibrio de los imperativos militares con la humanidad y la protección.

Estamos dispuestos a colaborar con usted, desde el diálogo con las fuerzas armadas sobre la conducción de las hostilidades, hasta la orientación para las respuestas de las fuerzas del orden y el asesoramiento a los Estados sobre sus relaciones en apoyo de las partes en conflicto. Ofrecemos capacitación, manuales prácticos para comandantes, asesoramiento sobre las reglas de enfrentamiento de las fuerzas armadas, la policía y otras fuerzas de seguridad.

Estimados compañeros, debemos colocar a las personas en el centro y diseñar respuestas que respondan a sus necesidades y derechos; no según la lógica de las burocracias nacionales e internacionales; o los objetivos políticos de los Estados.

Los enfoques multilaterales constructivos son vitales, especialmente para defender las leyes, normas y principios existentes.

Pero no podemos limitar nuestra imaginación a las estructuras existentes. Para superar la inestabilidad crónica y creciente, necesitamos nuevas formas de enfoques de múltiples partes interesadas, ya sea para abordar el cambio climático , protegerse contra la recesión económica y la pobreza o para abordar la desinformación.

Las amenazas globales requieren respuestas globales ancladas en las necesidades y aspiraciones locales. Los derechos y la protección de las personas deben permanecer en el centro de las políticas de los Estados, sin discriminación.

Gracias.

 

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