En 2020, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) apoyó a 63,333 hogares (aproximadamente 380,000 personas) en áreas prioritarias preseleccionadas en nueve de los 10 estados de Sudán del Sur, dependientes de la agricultura a través de su programa de semillas y herramientas, con el objetivo de mejorar la recuperación de sus medios de vida y mejorar su producción y seguridad alimentaria. La iniciativa se dirigió a personas con una o más de las siguientes características: comunidades agrícolas en áreas remotas y de difícil acceso; los afectados por los efectos combinados del conflicto, la violencia armada y las conmociones naturales; y aquellos que no fueron asistidos por otros actores humanitarios.
El ejercicio de monitoreo poscosecha (PHM) se llevó a cabo dentro de un período de ocho semanas que abarcó desde mediados de octubre hasta mediados de diciembre de 2020. La encuesta se llevó a cabo a través de entrevistas individuales con 636 hogares y 55 discusiones de grupos focales en 90 comunidades que habían recibió semillas y herramientas del CICR en nueve estados.
Uno de los principales hallazgos indica una disminución promedio del rendimiento de cereales del 49% en comparación con la cosecha de 2019. Los encuestados informaron que casi el 30% de las pérdidas de rendimiento se debieron a inundaciones severas y / o lluvias excesivas durante las etapas de maduración de los cultivos, mientras que el 13% informó pérdidas importantes por mayor presencia de plagas (atribuyéndolo a mayor humedad debido a Lluvias intensas).
Se observaron rendimientos muy pobres o 'cero' en las áreas que fueron afectadas por inundaciones severas (por ejemplo, partes más grandes de Unity y Lakes), violencia armada combinada con fuertes lluvias (por ejemplo, cuatro payams de Tonj North, Warrap; dos payams de Greater Pibor Administrative Área y un payam de Cueibet, Lagos) y conflicto localizado (por ejemplo, Lobonok, Equatoria Central). Hubo casos, como en partes de Jonglei, donde algunas de las comunidades objetivo experimentaron pérdidas totales de cosecha debido a las inundaciones, mientras que las comunidades a una distancia de solo unos pocos kilómetros reportaron rendimientos superiores a la media.
El CICR está muy preocupado por estos resultados, ya que decenas de miles de hogares en las zonas rurales seleccionadas corren un alto riesgo de inseguridad alimentaria durante la temporada de escasez. A pesar de la buena cosecha general de 2019, las inundaciones de 2020 han demostrado cuán frágiles son los procesos de recuperación y creación de resiliencia en las comunidades rurales.
Un entorno de seguridad estable sigue siendo fundamental para prevenir un mayor deterioro de la situación y garantizar la continuidad del apoyo estructural necesario para estas comunidades vulnerables. Un nuevo estallido de violencia armada o la intensificación del conflicto aumentarían las posibilidades de una escasez de alimentos inmediata y potencialmente mortal para cientos de miles de sudaneses del sur. Combinado con el impacto del COVID-19 y los choques climáticos, muchos sursudaneses de comunidades remotas y vulnerables se enfrentan a meses muy difíciles en 2021.
Obtenga más información en el informe completo de seguimiento posterior a la cosecha a continuación.