El Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, dijo que la solución de Japón era “técnicamente factible y estaba en consonancia con la práctica internacional”, y que la agencia también estaba dispuesta a “brindar apoyo técnico para monitorear y revisar la implementación segura y transparente del plan”.
'Caso único y complejo'
Las descargas controladas de agua al mar son una práctica habitual para el funcionamiento de las centrales nucleares en el mundo después de las evaluaciones de impacto ambiental y de seguridad, explicó el jefe del OIEA.
"La decisión de hoy del Gobierno de Japón es un hito que ayudará a allanar el camino para el progreso continuo en el desmantelamiento de la planta de energía nuclear de Fukushima Daiichi", dijo el Sr. Grossi, al tiempo que subrayó que "la gran cantidad de agua" en Fukushima hizo este es un “caso único y complejo”.
Añadió: "Los tanques con el agua ocupan grandes áreas del sitio, y la gestión del agua, incluida la eliminación del agua tratada de manera segura y transparente que involucre a todos los interesados, es de importancia clave para la sostenibilidad de estas actividades de desmantelamiento".
Espera de dos años
Según los informes, Japón planea comenzar a liberar 1,25 millones de toneladas de agua de mar contaminada en el Océano Pacífico en dos años, pero solo después de que se haya filtrado y despojado de la mayor parte del material radiactivo.
Estos incluyen isótopos radiactivos de estroncio y cesio, pero no tritio, que está vinculado al hidrógeno y se dice que presenta poco riesgo para la salud en concentraciones bajas.
Sin embargo, China y Corea del Sur han denunciado públicamente la medida, junto con el grupo ambiental Greenpeace Japan, que describió la decisión del gobierno japonés como "totalmente injustificada". Greenpeace sostiene que los peligros de la radiación se contendrían mejor almacenando y procesando el agua a largo plazo.
Construyendo confianza
La liberación de toda el agua de mar contaminada llevará tres décadas.
Se produce 11 años después de que un tsunami mortal inundó los reactores de la planta de Fukushima Daiichi, provocando una serie de explosiones y forzando la evacuación de más de 60.000 personas.
"Trabajaremos en estrecha colaboración con Japón antes, durante y después de la descarga del agua", dijo el Director General del OIEA, Grossi, quien visitó la planta de energía nuclear de Fukushima el año pasado.
"Nuestra cooperación y nuestra presencia ayudarán a generar confianza, en Japón y más allá, de que la eliminación del agua se lleva a cabo sin un impacto adverso en la salud humana y el medio ambiente".