La ONU pide la liberación de los rehenes y protección y ayuda para los civiles de Gaza

“Me hago eco de las palabras del Secretario General una vez más: todos los rehenes deben ser liberados inmediata e incondicionalmente”, dijo la secretaria general adjunta de asuntos políticos y consolidación de la paz este miércoles en el Consejo de Seguridad, tras la recuperación de los cuerpos de seis rehenes la semana pasada.

Rosemary Di Carlo detalló que al menos 101 siguen retenidos en Gaza y se les sigue negando las visitas humanitarias.

“Necesitamos un alto el fuego inmediato, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes restantes y un aumento masivo de la ayuda humanitaria a Gaza”, añadió la funcionaria.

La reunión urgente fue solicitada -por separado- tanto por Argelia como por Israel. 

Continúan los combates y los desplazamientos

Mientras tanto, la situación sobre el terreno es sombría, señaló Di Carlo.

Los informes indican que continúan las operaciones militares israelíes en la Franja y el número de víctimas sigue creciendo. Según el Ministerio de Salud de Gaza, desde el 7 de octubre han muerto unos 41.000 palestinos, la mayoría de los cuales, eran mujeres y niños.

También continúa el desplazamiento masivo de miles de familias palestinas, la mayoría de las cuales no pueden acceder a servicios médicos, agua y saneamiento.

Simultáneamente, Hamás y otros grupos armados siguen lanzando cohetes “indiscriminadamente” hacia la población en Israel.

También reportaron el uso de la infraestructura civil para proteger a los combatientes y objetivos militares, poniendo en peligro la vida de los civiles. A este respecto, Di Carlo reiteró que “los civiles no deben ser utilizados como escudos humanos”.

Un rayo de humanidad en medio del horror

En referencia a la campaña de vacunación en curso, Di Carlo señaló que las imágenes de niños pequeños recibiendo sus vacunas “entre escombros y en la más absoluta ruina son a la vez conmovedoras y angustiosas”.

“Tomo nota de que hasta ahora se han respetado los acuerdos establecidos entre los organismos de las Naciones Unidas y las Fuerzas de Defensa de Israel para suspender la actividad militar en las zonas designadas para la vacunación”, dijo la funcionaria, añadiendo que las pausas son “un rayo de esperanza y humanidad en medio del horror que reina en Gaza”.

Víctimas civiles en Cisjordania

Di Carlo señaló que las operaciones militares a gran escala llevadas a cabo por Israel en las provincias de Yenín, Tulkarem y Tubas a finales de agosto, “dieron lugar a enfrentamientos con palestinos armados, víctimas civiles y daños a la infraestructura civil”.

“Todos los autores de actos de violencia, ya sean israelíes o palestinos, deben rendir cuentas”, añadió.

Desde el 7 de octubre, unos 630 palestinos y 15 israelíes han muerto en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental.

El fin de la ocupación, cada día más lejos

Por último, Di Carlo indicó que «cada día que pasa nos alejamos más del objetivo de poner fin a la ocupación y lograr una solución viable de dos Estados”. 

Añadió que sólo se logrará una paz duradera cuando Israel y un Estado palestino independiente, democrático, contiguo, viable y soberano convivan en paz y seguridad dentro de unas fronteras seguras y reconocidas, sobre la base de las líneas anteriores a 1967, con Jerusalén como capital de ambos.

La brutalidad no conoce límites

Por su parte, Edem Wosornu, de la Agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), destacó la muerte y la destrucción en la Franja, afirmando que “la brutalidad de este conflicto parece no tener límites”.

En esta guerra no hay vencedores, sino que está marcada por la pérdida y la agonía, y los civiles soportan la carga más pesada”, añadió la funcionaria.

Muchos activos humanitarios, incluidos varios vehículos de la ONU, “han sido alcanzados directamente en más de una docena de incidentes distintos, a pesar de que sus movimientos fueron notificados”, enfatizó. Desde el 7 de octubre, 295 trabajadores humanitarios han muerto.

Wosornu expuso las consecuencias de esta situación, que limitan la entrega de ayuda vital a quienes la necesitan desesperadamente, como la suspensión temporal de los movimientos de personal del Programa Mundial de Alimentos (PMA) tras un ataque a uno de sus convoyes la semana pasada.

Señaló, además, que los trabajadores humanitarios -a pesar de los abrumadores desafíos- permanecen sobre el terreno, proporcionando asistencia esencial, incluyendo alimentos y refugio y protección, lo mejor que pueden.

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