
Amplió su apoyo a hospitales, centros de atención primaria de salud, centros de rehabilitación física y lugares de detención donde el CICR tiene un acceso privilegiado y podría contribuir a proteger mejor a los detenidos y al personal penitenciario de la enfermedad. Además, el CICR se esforzó por aumentar la capacidad de las familias vulnerables para hacer frente a la presión económica resultante de la pandemia, especialmente los hogares encabezados por mujeres, las personas con discapacidad, las personas desplazadas internamente (PDI) y los repatriados, con frecuencia en colaboración con la Media Luna Roja iraquí. Sociedad (IRCS). Y al hacerlo, las medidas de precaución se integraron debidamente en nuestro modus operandi, para proteger tanto a aquellos a quienes nos esforzamos por apoyar como a nuestro propio personal. El CICR opera a través de su delegación en Bagdad y sus oficinas ubicadas en Mosul, Erbil, Kirkuk, Najaf, Ramadi, Basora, Khanaqin, Sulaymaniyah y Dohuk